Hemos comenzado felizmente este Año Santo 2025. El Papa Francisco nos ha propuesto un lema: Ser peregrinos de Esperanza. El logo del Año Santo representa cuatro figuras que indican la humanidad proveniente desde los cuatro rincones de la tierra. Estan abrazadas entre ellas, indicando la solidaridad y la fraternidad que une a los pueblos. La primera figura está aferrada a la cruz, a Cristo, y la parte inferior de la cruz se alarga transformándose en un ancla. Así estamos invitados todos a salir al encuentro del hermano y caminar juntos compartiendo la fe y la esperanza.
¿Cómo somos nosotras Peregrinas de Esperanza en medio de la situación real de las personas que están a nuestro alrededor?
Con un saludo cariñoso nos dirigimos a todas las Hermanas del Niño Jesús Pobre para contaros algo de lo que quizás veáis en la televisión o en las redes sociales. Se trata de la inmigración en España y en concreto en Caritas donde estoy de voluntaria. Son los inmigrantes de los distintos países de África (Senegal, Gambia, Congo, Nigeria, Mauritania, Madagascar, Sáhara, Marruecos, Argelia, etc., que atraviesan el Océano Atlántico en pateras y cayucos para llegar a las Islas Canarias, sobre todo a la Isla de Hierro y Lanzarote.
Muchos de esos inmigrantes están aquí, en Burgos, donde vivimos una comunidad de 4 hermanas del Niño Jesús Pobre. ¿A cuántos pobres atendería la Madre Clara en estos momentos si ella viviese? Pienso que la Madre Clara ayudaría a todos. Entre las actividades de voluntariado que hacemos, yo me dedico a dar clases de español a inmigrantes. Esta experiencia es la que me ha animado a escribir estas líneas.
Vemos en la TV las noticias de inmigrantes que mueren en el océano y que a todos nos estremecen. Dejan sus países por el hambre que pasan, en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Caritas española, entre otras organizaciones, les acoge e intenta ayudarles.
En estos momentos las Islas Canarias no puede acoger a tantos como llegan y son repartidos por otras ciudades de España: Madrid, Barcelona, Sevilla y entre otras Burgos. A veces pueden escoger dónde ir porque tienen un familiar o conocido. Hasta que encuentran en estas ciudades alguna institución como Caritas, pasan tiempo durmiendo en las estaciones de autobuses, de trenes. En las calles viven pidiendo o con algo de dinero que han traído.
En septiembre, cuando empezó el curso para aprender español, me entristeció ver al grupo al que tenía delante. Sus ojos mostraban tristeza, desconsuelo, inseguridad, incertidumbre. Les pregunté de qué país venían, si sabían algo de español, dónde vivían y dónde comían. Me contestaron que unos 50 vivían en el albergue de Caritas, otros en pisos alquilados por Caritas, otros en una casa de jesuitas y los que tienen menos de 18 años, en un albergue de la Junta de Castilla y León. Poco a poco se fueron tranquilizando. Veían que se les aceptaba, que se les acogía, que se les daba confianza, que sólo se quería su bien.
El día 11 de diciembre, con motivo de celebrar la cercana Navidad, el equipo de español nos propusimos hacerles una entrevista para que fueran ellos los protagonistas del encuentro. Les preguntamos de todo un poco. Notábamos que ya estaban más integrados, más contentos porque tienen comida, cama, casa, clases de español; cursos de formación: cocina, carpintería, informática, mecánica, etc. Ven todos los días que hay personas, trabajadoras sociales, que les ayudan a hacer todas las gestiones que necesitan para adquirir la tarjeta como inmigrante.
Les preguntamos si podían contarnos cómo fue su viaje en las pateras. En los meses anteriores no les preguntamos nada de este viaje. Suponíamos que había sido duro para ellos. Uno de ellos contó: “Tardamos 12 días en llegar a la isla de Hierro porque el océano estaba muy bravo, con unas olas altísimas. Pasamos días y noches con frío, miedo, hambre. Algunos venían con hermanos más pequeños. Se abrazaban para que el viento no los tirara al mar. La comida que traíamos se acabó y los patrones de la patera nos daban algo. Sufrimos mucho en el viaje y más cuando vimos que faltaba algún amigo porque había caído al mar.”
Otros nos contaron: “Nosotros hemos tenido mucha suerte. El océano estuvo muy tranquilo y en cuatro días ya estábamos en la isla de Hierro”.
Les preguntamos ¿por qué vinieron a Burgos? Amigos, conocidos o familiares les dijeron que en Burgos se iban a encontrar bien, porque Caritas de Burgos les acogía y atendía bien. Nadie les habló del frío y estos días estaban asustados de la temperatura tan baja.
Antes de comenzar las clases por la mañana, a las 8,30, pueden desayunar. Es un momento para que se conozcan, para que hablen entre ellos, para que se ayuden y animen, compartan sus penas y dificultades. Entre ellos se ayudan a encontrar los hospitales, las farmacias, tiendas y otras instituciones que pueden ayudarles: Cruz Roja, Atalaya (jesuitas) ACCEM, Burgos Acoge, Fundación Lesmes. Los inmigrantes piensan que van a encontrar trabajo nada más llegar. Nadie en sus países les habló que no encontrarían trabajo tan fácilmente.
El Papa Francisco dice: “La pobreza es la causa principal de la migración, que aumenta en los países del Tercer Mundo a causa del sistema reinante. Nadie puede poner fronteras al hambre, a la falta de alimentos y de trabajo.”
Con un abrazo cariñoso para todas las hermanas de las hermanas de España.
Hna. Eufemia PIJ