A muy pocos kilómetros de Monterredondo se encuentra la vereda El Naranjal. Desde hace unas semanas venía lloviendo intensamente en esta zona y lamentablemente en la noche del día 18 de julio la quebrada El naranjal creció, aumentando su tamaño de una manera inesperada.
El agua se represó debido a la vegetación, las rocas y el lodo que la quebrada fue llevando a su paso y en un momento se salió de su cauce, de tal forma, que terminó llevándose por delante muchas viviendas y con ellas, personas que se encontraban allí. Fue una noche de angustia y terror en la que al menos treinta personas perdieron la vida.
Las hermanas de Niño Jesús Pobre estamos de luto y sentimos una tristeza enorme porque dos de nuestros pequeños alumnos del Instituto Clara Theresia perdieron la vida junto con toda su familia. Así mismo murieron varios exalumnos y familias conocidas y muy allegadas a nosotras por la tarea Pastoral que se realiza en la zona. Los que lograron salvar sus vidas, perdieron todo lo que tenían, quedando al amparo de la solidaridad de los demás.
A las tragedias familiares y personales se suman los problemas que acarrea la tragedia: la carretera está seriamente afectada. Dos puentes deben ser reconstruidos y la
comunicación entre Bogotá y los Llanos Orientales por esta vía está cerrada. Los Llanos Orientales proveen alrededor del 75% de víveres de Bogotá y muchas otras ciudades y poblaciones del centro de Colombia. Aparte de ello, se ven afectadas las industrias del petróleo, del turismo, etc. Las dos vías alternas no están en las mejores condiciones y alargan mucho el recorrido, aumentando significativamente los costos del transporte.
Como las condiciones meteorológicas no cambian aún, las dificultades no han disminuido en esa zona; por el contrario, otras quebradas y ríos de la región van aumentando su cauce poniendo en peligro a cientos de personas, además de presentarse derrumbes continuos de tierra causados por las lluvias abundantes. En las poblaciones de Quetame, Puentequetame y Guayabetal han tenido que desalojar familias enteras para evitar una tragedia mayor. Aún no puede dimensionarse cuantas personas están afectadas y se afectarán.
Al día siguiente de la tragedia empezaron a movilizarse muchas personas queriendo ayudar de alguna manera. Confiamos en que pueda haber mucha gente de bien que se acerque y solidarice, aportando dinero, víveres, mantas, implementos de aseo personal, ropa, etc.
Nosotras, las Hermanas del Niño Jesús Pobre de la Provincia colombiana, iniciamos una campaña de solidaridad por las redes. Se recibe dinero, víveres, mantas, ropa, implementos de aseo personal y otros objetos de primera necesidad, para ayudar a los damnificados. El Colegio Santa Clara es el centro de acopio desde el cual se coordinará el envío y entrega de cuanto se reciba.
Sabiendo que muchas familias quedaron sin vivienda, el proyecto “pro-casita” del Colegio Santa Clara y del Colegio Santa María de la Esperanza estará destinado este año a una de estas familias.
Agradecemos mucho la solidaridad de todos los que, con medios materiales, con su trabajo u oraciones se unen a esta causa. ¡Dios los recompense!
Hermanas del Niño Jesús Pobre, Provincia de Colombia
